El presente texto trata sobre el papel amenazante que ha desempeñado el sistema educativo impuesto por el gobierno y el papel pasivo que ha venido desempeñando el docente, así como un análisis de como el profesor puede ser parte activa en la educación y como puede participar en el mejoramiento de la calidad educativa.

Lamentablemente en la creación de nuevos planes y programas de estudio en la educación básica no se toma en cuenta la experiencia de los docentes frente a grupo, esto ha provocado que  el cambio educativo como por ejemplo el basado en competencias que implementa la Reforma Integral en la Educación Básica (RIEB) represente una amenaza, pero al mismo tiempo un desafío para los profesores. Pienso que tanto el sistema educativo implementado por el estado, como el profesor frente a grupo, han cometido errores que han entorpecido la calidad educativa en nuestro país.

El error que ha cometido el estado es por ejemplo el hecho de que las modificaciones curriculares a nivel nacional las hagan personas “expertas” en temas de educación, que solo están sentados en un escritorio imaginando lo bien que funcionarían sus ideas cuando se lleven a la práctica, dejando fuera la opinión de los maestros frente a grupo que tienen toda la experiencia y que conocen las fortalezas y debilidades de los modelos educativos vigentes. Por otra parte el error que cometen la mayoría de los docentes es la postura defensiva e irrefutable en la que consideran los cambios siempre como una amenaza y no como un desafío el cual pueden realizar, superar y mejorar, al menos directamente en su práctica docente.

Los planes de estudio y programas curriculares que se aplican en las universidades y normales de nuestro país en la formación de maestros, están enfocados en enseñarle solo técnicas, métodos y conocimientos teóricos sustentados en reconocidos pedagogos a lo largo de la historia, dejando fuera el objetivo del profesor para con sus alumnos que a mi parecer y de forma muy general es “crear una persona con capacidades para desarrollarse como ciudadano crítico-activo con ética y valores para tomar las decisiones correctas como tal, con la finalidad de mejorar la sociedad en la que vive”.

Nosotros como profesores frente a grupo, debemos estar preocupados y ocupados en realizar nuestra labor con los recursos, herramientas y materiales con las que contamos (pocos o muchos), dando más importancia a nuestras habilidades creativas e innovadoras que tenemos (estrategias), para así marcar la diferencia haciendo bien nuestro trabajo y no como la mayoría, llamando la atención con actitudes y acciones indoctas como huelgas y reprimendas constantes al sistema educativo.

Henry a. Giroux afirma que el papel que juega la racionalidad tecnocrática e instrumental en el campo de la enseñanza es casi en su totalidad de gestión, ya que reduce la autonomía del profesor en el desarrollo de currículos para la instrucción escolar, puesto que realmente se ha establecido una pedagogía gestionada por expertos en elaboración teórica de currículos, pero sin conocimientos prácticos a quienes el sistema les ha dado la tarea de “pensar”, reduciendo al profesor a un simple ejecutor de ese pensamiento.

El sistema educativo establecido por el estado ha creado ideologías que limita a los profesores a usar una metodología específica y a utilizar los recursos y materiales que ellos mismos proporcionan y recomiendan, en pocas palabras nos dicen como enseñar, que recursos tecnológicos debemos usar y con qué materiales debemos hacerlo, lo anterior ha contribuido a devaluar la imagen del maestro y reducirlo a la categoría de técnicos especializados dentro de la burocracia escolar.

La reflexión y la acción educativa crítica, contribuye a desarrollar un profesor intelectual transformativo, puesto que el maestro aparte de ser un profesional en la educación y no un técnico, estaría aprovechando la inteligencia y la capacidad de innovar, así como otras habilidades que muchos docentes tienen y no han sido explotadas.

Lo anterior con la finalidad de educar y hacer conciencia en sus alumnos, para fomentar y ser parte activa de un proyecto social que beneficie a nuestra sociedad y que cada alumno se convierta en un ciudadano crítico y activo.

Hay que recordar que los profesores tenemos conciencia y podemos hacer concienciación en la sociedad, si todos los maestros nos comprometiéramos no a solo criticar sino a actuar para mejorar la educación y hacer un México mejor para la infancia actual que será la sociedad adulta del mañana.